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Mostrando entradas de 2018

El capítulo final que se convirtió en primer capítulo

Esta historia, cuyo ultimo y primer capìtulo se escribe hoy, está dedicada con todo el afecto a Marie, Linda, Patricia, Michael, Natacha, Genesis, Fabiana, Jesus, Esteban, Gastón, Efuka, Nahuel, Irene, Leonardo, Katharina, Rinche, Victor,  Margot, Albert, Yunieski, Marcelo, Alan, y por supuesto a mi querido Camilo. Para mí ese día, era nuestro día, no me preocupé mas por el tema del tiempo, eso quise, pero de repente veo que un compañero recién estaba llegando al lugar donde nos íbamos a presentar, estaba comenzando a maquillarse, y más allá otra le pidió al marido que le comprara algo para comer porque tenía hambre, ya me daba era risa. Yo estaba solo observando, buscando material para estas líneas, cada vez que pestañeaba, tomaba una foto que quedaba grabada en mi cerebro, tal como lo hizo Remy Girard, en la hermosa película franco-canadiense Las Invasiones Bárbaras, por favor véanla si aun no lo han hecho.  Volvamos al tema que nos ocupa: Luego supe que el tema de maquill

Previo a la presentación, un recuerdo: "nosotros no aceptamos extranjeros"

Eran sentimientos encontrados los que experimenté aquel día. Cuando nació la Murga Migratoria nos dijeron que nos presentaríamos en la Fiesta de las Migraciones, inconscientemente sentía como que ese día era el fin, era como una especie de duelo, luché contra ello. También pude verificar que yo no era la única que sentía algo similar, más de uno me preguntó y pude escuchar cómo se preguntaban: -Che, nos presentamos hoy y ¿qué onda? ¿no venimos más? Traté de sacudirme todo ese pensamiento, abrí los brazos y me lancé desde lo más alto a vivir la experiencia. Decidí vivir un día a la vez. Novedades logísticas nos llevaron a un lugar donde habitualmente ensayan los integrantes de la murga que nos acompaña en este proceso de aprendizaje, no nos preparamos para la presentación donde siempre ensayamos. Era una especie de club familiar, donde hay una cancha de basket, otra parte de las instalaciones que estaban en reparación, también había un depósito con máquinas de musculación, d

No solo es cantar.

Aquella casa era encantadora, todo un desorden ordenado. Quien no pueda ver la belleza en la fealdad común, se le hará difícil entender que aquel lugar era hermoso. Todo estaba cuidadosamente ubicado. Algo que me llamó la atención fue un gran adorno colgante que estaba al fondo, en el patio, parecía eso que cualquier familia le pondría a un bebe en su cuna, pero gigante. Para mí eran las velas de un barco, alucinantes formas geométricas de un material parecido al bronce. Aquella fue nuestra nave ese día, la danza que el viento le hacía bailar, poco tenía que ver con nuestro colorido canto. Esa noche hicimos un asado en esa casa. Si pudiera buscar una palabra para describir aquella noche sería “surrealista”. La planta baja tenía escombros, desorden y una estética particular, pero en la planta alta estaba el baño y la cocina, que eran unos lugares impecables, como de diseñador. El anfitrión en medio de la leña, unos olores que enamoraban a cualquiera y la cerveza fría que con voz s

Empezamos a construir, los ensayos.

No había vuelta atrás, ya estábamos adentro, me sorprendió enormemente la convocatoria y la puntualidad de todos los que estábamos llamados para aquella hermosa actividad. No sabíamos que iba a salir de allí, solo que teníamos que remar en el mismo sentido, y eso hicimos. Creo que solo el primer ensayo fue algo “acartonado”, nos despedimos y cada uno se fue solo por su camino, quizá alguna que otra pareja acordó acompañarse para cuidarse de la inseguridad que está comenzando a azotar a esta hermosa y noble ciudad. Con el correr de los domingos ya éramos amigos, nos hacíamos bromas pesadas, todo el mundo conversaba y compartía el mate. Camilo, nuestro director artístico, supo encontrar el balance entre la “joda” y la disciplina del ensayo, de tal manera que terminábamos siempre felices, pero cansados y con la sensación de que éramos distintos al domingo anterior. El lugar físico donde ensayamos, quizás hubiésemos querido que fuese más grande, más cómodo para la actividad, pero l

El primer encuentro. Un organismo pluricelular

T al y como cu ando va a comenzar una fuerte tormenta, empezaron a caer, una a una, gotas de gente. La diversidad era la característica principal: el tímido, el que no paraba de hablar, el serio, el nervioso, el sereno, pero todos con la duda troquelada en la frente:  - Hola, ¿es acá lo de la murga? Lo divino es que como aquel lugar inspira ser "la casa de todos", el sentido de pertenencia está en el aire, el que llegaba se saludaba, se sentaba y conversaba como si fuésemos amigos desde años, ni remotamente nos enterábamos aún que estábamos empezando a serlo. Yo observaba continuamente, trataba de descifrar los roles de cada quien allí. Poco a poco lo fui logrando, el goteo de personas y al menos una decena de conversaciones activas, independientes una de otra, me hacía el trabajo difícil.  Finalmente pude identificar un grupo de hombres jóvenes, con toda la pinta de músicos, además del mensaje corporal, andaban con instrumentos musicales, me dije: - "ok, apar

La Asociación. El comienzo de la historia

La puerta era muy angosta, se me hizo difícil meter mi bicicleta, traté de no hacer ruido, ni hacerle daño a nada, mi vehículo es muy grande, en todo caso, desde afuera solo percibía el silencio. Al fin, lo logré, me recibe un pasillo no muy largo que daba a un patio central, aquello era un lugar que sugería un pasado en ruinas y que hasta ahora se le había puesto mucho más amor que dinero. Todo estaba en su lugar, limpio, ordenado, parecía un cuadro hecho con una pincelada de cada quién. Sillas de todos los modelos y colores, vasos y tazas de diversos modelos, un cartel que recordaba ciertas normas, wifi libre como debería ser siempre y una soledad que me llenó de dudas. Escuché voces que provenían de un salón contiguo, había llegado yo a la Asociación Idas y Vueltas, una organización que se encarga de dar apoyo a inmigrantes en situación de vulnerabilidad. Para mí el tema de la inmigración me es muy sensible y me afecta emocionalmente, porque yo soy una refugiada, no lo soy juríd