Las Almas Pintadas

Como en una película de Martín Scorsese, los miembros de la banda fueron llegando poco a poco, de a uno cada vez. Cada quien llegó en silencio, con cara de saber la razón que lo llevó a aquel lugar, pero sin ganas de responder preguntas. Nos veíamos un poco cambiados, mejor que antes sin duda, lo cual era lógico, estuvimos disfrutando del botín que nos dejo nuestro último golpe. Camilo fue enfático, no debíamos comunicarnos entre nosotros y teníamos que escondernos de la mejor manera posible.  El primero en llegar fue Gastón "el Arquitecto", quien es responsable de evaluar los planos de los edificios donde vamos a operar, en su vida pública es profesor en la facultad de arquitectura, casado con tres hijos. Le encanta salir de pesca, creo que lo último que se regaló fue un pequeño barco pesquero, Gastón adora el mar. Luego llegó Michael, "el Hacker", su trabajo consiste en dominar toda la estructura informática de nuestros bancos "objetivo"; en su vi

La Murga Migrante ha sido una de las experiencias más espontáneas y genuinas en las que he participado. Si bien su dinámica obedece a un plan cuidadosamente diseñado, con sus límites y libertades, siempre tuvimos la oportunidad de tejer el camino por donde íbamos transitando, simultáneamente. Eso nos generaba un vértigo adictivo, y también estimulaba nuestro sentido de pertenencia con nuestra murguita querida.  Ya hemos tenido tiempo de reflexionar, cada uno por separado, cada quien en su mundo y con sus necesidades, la gran mayoría coincidimos en que queremos seguir dándole fuerza a este bebé de apenas 7 meses, quisiéramos darle la oportunidad de que hable y camine, tenemos curiosidad por saber que nos va a decir. En mi caso, la incertidumbre genera ansiedad. Pero estoy trabajando arduamente el tema de la paciencia y el momento oportuno para las decisiones. Por lo tanto no voy a seguir hablando de ello. Bueno, a decir verdad, me voy a poner a soñar y hacerme las preguntas q

Quise titular este texto “El día después”, pero era demasiado pequeño para lo que quiero decir. El día después no he terminado de vivir el día anterior, en cambio, la pausa necesaria me permite detenerme, voltear, mirar el pasado cercano y aun percibir el olor de la experiencia vivida. La adrenalina producto de la presentación del Museo de las Migraciones nos impidió ver trazos de la realidad en su justa dimensión. Nos bajamos de ese escenario y queríamos más y más… ¿Por qué? ¿Cómo? La razón fundamental fue nuestro éxito mediático indiscutible y también la amnesia repentina que nos impidió recordar todo lo que tuvo que pasar para que esa corta, pero contundente presentación, se concretara. En ninguna circunstancia estamos hablando de una producción en serie, en la que se generan presentaciones como chorizos. Luego con los días me voy dando cuenta de que esta pausa fue necesaria. Entendamos que queremos construir al menos un pequeño movimiento, que tenga efecto multiplicador