No había vuelta atrás, ya
estábamos adentro, me sorprendió enormemente la convocatoria y la
puntualidad de todos los que estábamos llamados para aquella hermosa
actividad. No sabíamos que iba a salir de allí, solo que teníamos que
remar en el mismo sentido, y eso hicimos.
Creo que solo el primer ensayo fue
algo “acartonado”, nos despedimos y cada uno se fue solo por su camino, quizá
alguna que otra pareja acordó acompañarse para cuidarse de la inseguridad que
está comenzando a azotar a esta hermosa y noble ciudad. Con el correr de los
domingos ya éramos amigos, nos hacíamos bromas pesadas, todo el mundo
conversaba y compartía el mate. Camilo, nuestro director artístico, supo
encontrar el balance entre la “joda” y la disciplina del ensayo, de tal manera
que terminábamos siempre felices, pero cansados y con la sensación de que
éramos distintos al domingo anterior.
El lugar físico donde ensayamos,
quizás hubiésemos querido que fuese más grande, más cómodo para la actividad,
pero lo sentimos tan nuestro, que para nosotros no tenía ningún defecto, era
perfecto, además esa es la murga, una expresión artística, popular, espontánea, como una flor de Diente de León que nace en cualquier parte. Al final de cada ensayo nos tomamos una foto, tengo registro de cada
uno de nuestros pasos, de esta metamorfosis que nos ha llevado a lugares donde,
estoy segura, nunca pensamos llegar.
En mi caso particular, los
domingos cuando se va acercando el fin de la tarde, todos los temas se
paralizan, mi cerebro bloquea todo lo que no tenga que ver con la Murga
Migratoria:
-“¿Mamá qué voy a comer?”
-
No sé hija, prepárate algo o sal a comprar
-“Mamá tengo 6 años”
- Te felicito.
Hasta ese punto llegué. Tengo la duda de si debo explicar que es una ironía representativa de mi realidad hipnótica.
En una oportunidad una compañera
venezolana llevó unas arepitas dulces, que es una comida típica de nuestro país, luego otra amiga alemana llevó galletas y así. Estábamos construyendo un micro tejido social
en un entorno bastante amigable. Somos alemanes, franceses, cubanos,
congoleños, venezolanos y uruguayos, ejemplo de un exótico ecosistema que es
capaz de conjugarse en un delicado equilibrio, por un fin común.
Siempre lo he creído ... Tus lineas son capaces de atrarparle el alma a uno...
ResponderEliminarTienes mucho que descubrir de tí misma, tienes un poder en las líneas, esto es el inicio de algo grande, solo debes descubrirte tu para permitirle al mundo disfrutar de esa Erika Yánez Álvarez que pocos conocen pero que yo sé que está ahí adentro... esperando para despertar y triunfar. Te amo!!! Te admiro desde que te conozco... Calcula tu!
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